El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) se ha reunido recientemente en París para discutir sus últimos avances frente a la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
No es motivo de sorpresa que las organizaciones criminales se hayan aprovechado de la desafortunada situación de pandemia que vivimos, ocasionada por la COVID-19, para explotar cualquier vulnerabilidad del sistema con el fin de lucrarse económicamente.
Y es precisamente ahora, mientras los gobiernos y economías del mundo hacen lo posible por recuperarse, el momento más crucial para actuar e implementar las Recomendaciones del GAFI, adoptando un nuevo enfoque basado en el riesgo, con el fin de mitigar los perjuicios causados por el blanqueo de capitales y continuar la batalla financiera contra el terrorismo.
¿Cómo lo va a hacer?
En primer lugar, a través del papel que ejercen las entidades de supervisión, que van a tener que adaptarse a este nuevo enfoque basado en el riesgo. Esto va a provocar un importante cambio cultural en el ejercicio de la supervisión, previsto en la nueva guía del GAFI, que se publicará a primeros de Marzo.
En segundo lugar, mediante la actualización de su Guía para un enfoque basado en el riesgo para los activos virtuales y los proveedores de servicios de activos virtuales de 2019. En particular, se ha puesto el punto de mira en la aplicación de estándares a las llamadas “stablecoins”, las condiciones de implementación de la “travel rule” y una serie de pautas para afrontar los riesgos que suponen las transacciones peer-to-peer desintermediadas. El GAFI va a someter a consulta pública el borrador en Marzo, pero se prevé que quede finalmente aprobada en Junio de este año.
En tercer lugar, con el fortalecimiento de las medidas de prevención de la financiación de la proliferación de armas de destrucción masiva, a través de una guía que quedará sometida a consulta pública en Marzo y se aprobará en Junio. Esta nueva versión pretende clarificar el cómo preparar una evaluación de riesgos en el contexto del financiamiento de la proliferación, así como la identificación y la mitigación de sus efectos.
En cuarto lugar, el GAFI llama a las autoridades gubernamentales a reforzar los procedimientos de persecución e investigación de los grupos criminales, así como la inspección de cualquier elemento asociado a la financiación de éstos. Otra pieza clave es persistir en la lucha contra el tráfico de armas.
El GAFI concluye su intervención analizando los resultados de su reciente evaluación realizada en Nueva Zelanda, el impacto de la pandemia en los procesos de evaluación mutua, actualizaciones en materia de jurisdicciones sometidas a monitorización y finalmente anima a los países miembros a seguir cooperando e implementando sus Recomendaciones.
Víctor León de Prada
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