Recomendación de la Comisión Europea respecto del uso de aplicaciones RFID

La Comisión Europea ha publicado este mes de mayo una Recomendación a propósito del uso de aplicaciones apoyadas en la identificación por radiofrecuencia. La Comisión muestra su preocupación por la problemática relativa a la protección de datos que este tipo de tecnología de identificación, de uso cada vez mas masivo, pueda conllevar, y que podría agravarse en el futuro por no tomar medidas a tiempo para limitar y controlar la forma en que los desarrolladores y usuarios de este tipo de tecnología tratan y acceden a los datos.

Las RFID son las siglas inglesas (Radio-Frequency IDentification) de denominación genérica de los sistemas que mediante ondas de radio permiten la identificación  (mediante un número de serie único) de un objeto o persona de forma inalámbrica. Un caso común del uso de este tipo de tecnología son las tarjetas identificativas que en muchos centros de trabajo se utilizan para controlar el acceso y la hora de entrada de los empleados en sus instalaciones.

Para la Comisión el problema para la privacidad reside en que, en no pocas ocasiones, entre la información que transmite el dispositivo se encuentran datos referentes a la esfera personal de su titular, y estos pueden ser recabados por terceros, sin conocimiento ni consentimiento de su portador, por el simple hecho de encontrarse en un radio de acción en que los datos son “legibles” por un dispositivo de recepción.

Para evitar estos efectos perniciosos del avance de la tecnología, la Comisión ha publicado estas recomendaciones, por las que se pretende que los fabricantes y desarrolladores tengan en cuenta estos peligros y adapten los dispositivos de forma que los usuarios puedan, entre otras cuestiones, disponer de la opción de activar y desactivar las posibilidad de identificación, así como que en el momento de su adquisición sean informados de las características del producto y se le ofrezca la posibilidad de deshabilitar dicha función, facilitando que sean los titulares de los datos personales los que determinen si quieren o no comunicar sus datos, tal como requiere la Directiva Europea que rige en la materia.

Además de esta recomendación, la comisión ha publicado una serie de “preguntas frecuentes”, para que el ciudadano de la Unión pueda resolver sus dudas sobre las interrogantes que estas cuestiones le pudiesen plantear.

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